EBOOKS VS PAPEL

El otro día vi esta foto rondando por Facebook y me gustó mucho. Me hizo pensar en todo lo que ha cambiado el mundo literario en los últimos años.

Imagen libro VS ebook



Me encanta leer desde siempre, es algo que siempre recuerdo y creo que si no pudiera leer me daría algo y no podría seguir adelante. Es algo superior lo que me hace leer, y es que disfruto tanto adentrándome en las aventuras de cada historia que para mí es casi igual de necesario que el aire para respirar.

Siempre he sido de leer libros de papel. El hecho de pasar las páginas es algo que me fascina. Aún recuerdo con mucho cariño los primeros libros en tapa dura que tuve y que todavía hoy conservo como un auténtico tesoro:

Jim Botón y Lucas el maquinista: 

Sinopsis:

Un misterioso paquete llega al pequeño país de Lummerland; dentro, contiene un niño tan negro como el carbón. La llegada del niño traerá mucha alegría a Lummerland, pero también varias preguntas. ¿Qué pasará cuando crezca? ¿Habrá sitio para todos? Por eso, cuando Jim crece, se marcha junto a su amigo Lucas el maquinista y la querida locomotora de éste, Emma, hacia un lugar donde pueda tener el espacio suficiente para cumplir su sueño. Pero lo que no imagina ninguno de los dos amigos es que, tras la partida, los esperan un sinfín de emociones y aventuras. Llegarán a una China mágica, rodeada de árboles transparentes y puentes de porcelana, se animarán a rescatar a una princesa en apuros, vagarán por los desiertos más temibles y conocerán a los seres más extraordinarios.

***

Nacida en domingo: 


Sinopsis:

Dicen que los niños nacidos en domingo tienen mucha suerte. La niña se aferra a esa opinión, nació en domingo y es lo único que sabe de sus orígenes.
La suerte significaría que unos padrinos de fin de semana la liberaran de los tristes domingos en el orfanato. Cuando otros niños regresan por la noche, presumiendo de excursiones, meriendas y regalos, a ella sólo le queda una evasión: abrazar su conejito de peluche tan traído y llevado bajo la colcha -un precario sustituto para el calor y consuelo necesarios-.
Pero la suerte no se representa como la había imaginado en fantasía...

***

Lassie vuelve a casa: 



Sinopsis:

Greenall Bridge, un pueblo de Yorkshire. Debido a sus dificultades económicas, el padre de Joe Carraclough, doce años, debe vender su perra ovejera Lassie al Duque de Redling. Como la perra escapa varias veces para ir a esperar a Joe a la escuela, el Duque hace que la lleven a sus posesiones en las Highlands escocesas, donde pretende que la preparen para un concurso. Pero la perra vuelve a escaparse y, después de un viaje de quinientas millas, termina llegando de nuevo a casa de los Carraclough.

***

Ahora muchos años después ha aparecido el ebook, un maravilloso invento que para los lectores es una maravilla: ocupa poco sitio, no pesa y puedes tener al alcance un montón de libros.




La verdad es que yo tengo el KINDLE ya casi un año y he de decir que es fantástico… pero no puedo de dejar de decir que el encanto de leer un libro en papel es superior. Ya no es solo el hecho de pasar las páginas, no, es el olor que desprenden las páginas y el  hecho de tocar y de palpar lo que hace que el libro sea una experiencia única.

¿Qué preferís vosotr@s?

Espero que os guste. Besos.

Llego tarde, hasta cuando llego pronto.





Me tocaba hacer la entrada este lunes, pues la hago un martes, que es otro día de la semana, tan bueno o mejor que el lunes.

Los lunes no le gustan a nadie. Excepto el lunes santo, pero porque es fiesta, que para los creyentes, Jesús resucitó el día antes.

Últimamente estoy recibiendo muchas invitaciones de editoriales digitales para publicar mis libros, cuando me entran diciendo que buscan autores, simplemente digo que no me interesa, pero hoy me lego una diciendo que han leído mis libros y les gustan.... si es que diciéndome eso, ya tienes medio camino ganado. Así que les he dicho que me manden sus condiciones, porque mi ego y mi cartera tienen el mismo poder en mi vida. 

Mientras espero si he llegado pronto o tarde, os dejo lo que seguramente llegará más tarde de los previsto, pero que espero os guste tanto como el resto de la Saga.


El cuarto de los Horton para mediados de abril, pero quien dice abril... dice Mayo... no?

Historia: Flower of Darkness 2º Parte "¡Qué miedo!"

Si queréis leer la primera parte de esta historia antes de leer esta segunda parte, os dejo el enlace aquí.


Flower of Darkness 2ª Parte
"¡Qué miedo!"

La cosa, parecía un perro grande, muy grande, tan grande que pensé que era un mutante, o vete tú a saber qué.

La bestia o lo que fuera cayó rompiendo uno de los contenedores de basura, literalmente lo partió en dos, yo estaba con la boca abierta y los ojos sin parpadear fijos en todo lo que estaba sucediendo, no perdía detalle, debería haberme ido, pero ahora sé que no habría podido, ahora sé que si me hubiese movido me habrían despedazado a mí también.


Aquello estaba durando demasiado, en las películas ese tipo de peleas duraban “ná y menos”, miré mi reloj y comprobé que llevaba allí más de veinte minutos, ya me estaba agobiando, me daba lástima la pobre bestia, no porque no pudiera defenderse, que lo hacía y muy bien además, daba zarpazos a diestro y siniestro, gruñía de una manera feroz, pero no me parecía justo que hubieran cinco de esos tipos con sus espadas atacándolo al mismo tiempo, aquello era una injusticia, sí en serio, me puse del lado de la cosa, pero no me gustan las injusticias y aquello me parecía una barbarie. 

Al cabo de cinco minutos la bestia volvió a caer, esta vez a dos metros cerca de mi coche, no sé cómo pude aguantar estoicamente y no saltar del asiento, lo que si hice, fue agacharme un poquillo, no quería que me descubrieran espiándoles, vaya a ser que se enfadaran y las espadas eran muy grandes y se veían muy afiladas. Tragué saliva y pude escuchar mejor que antes, la lucha parecía haber terminado.


─Estás viejo McCalajan ─. La voz sonó profunda y oscura, ya sé que no se puede poner color a una voz, pero era muy siniestra. Todas lo eran, al menos las que oí.

─Pudre…te ─. Esa cosa hablaba, no me cabía duda de que era su voz. Sonaba rara, no sabría describir el sonido, pero era una voz muy profunda y nasal, aunque sonó muy bajito y débil.

─Esto nos ha tomado mucho tiempo─. En ese momento escuché como si rayaran algo con la espada, tal vez el pavimento, me asomé para ver, pero había un tipo de esos obstruyéndome la visión, menudo susto me llevé, suerte que estaba dándome la espalda, sino me habría visto─. Deberíamos rematar la faena e irnos.

─No, el viejo no durará mucho más. Lo dejaremos que sufra una dulce agonía hasta que exhale su último suspiro ─. Aquello sonó hasta poético, si no hubiese sido por la macabra declaración.

Escuché una risa que me puso los pelos como escarpias.

No escuché nada más en algunos segundos, estaba a punto de echar un vistazo, pero ...




.... CONTINUARÁ....
© Dama N. Prayton

RELATO: LA DAMA EL LOBO



¡Hola! Siendo esta mi segunda entrada como "Plumilla oficial", me preguntaba acerca de qué podría tratarse, y se me ocurrió que así como en mi anterior entrada les hablé un poco de mí misma y de lo contenta que estaba por pasar a formar parte de este gran club, también me gustaría compartir con ustedes alguno de mis escritos, para que puedan conocerme como autora y como persona; el todo que me hace ser quien soy. 

El relato que voy a compartir fue inspirado por esta imagen y, como verán, no fue nada difícil pensar en un título apropiado, la obra de arte lo dice todo. Espero que lo disfruten.




La dama y el lobo


Hace muchos años, en un mundo en que las sombras regían sobre la luz, fruto de una terrible maldición, una joven princesa, decidida y valiente, prometió a su pueblo que encontraría una forma para liberarlos  y pudieran así todos conocer la felicidad. De modo que dejó el castillo y se embarcó en un largo viaje, en búsqueda de la magia que le permitiera cumplir su promesa.

No tenía más compañía que un noble caballero, el más valeroso del reino, el mismo que imploró de rodillas ante la corte le permitiera ser su guardián durante el viaje, por lo que ella no tuvo más opción que aceptar. Temía por la vida de su vasallo, pues muy dentro de sí la desesperanza era grande, y prefería fracasar sola que arrastrar a un inocente consigo. Sin embargo, no pudo negarse a ser acompañada, tan lastimeros fueron los ruegos de aquel hombre, deseoso de mostrar su valor.

Cruzaron mares, atravesaron las montañas más escarpadas, compartieron las mantas en los días fríos, y bebieron del mismo cuenco a orillas del río. Según su aventura se hacía más temible y difícil, luego de enfrentarse a numerosos peligros, la princesa empezó a mirar a su fiel guardián ya no como un acompañante forzado, sino como a un amigo y, luego, durante una noche de tormenta, tras escapar con mucha suerte de unos terribles seres, viéndolo herido y casi al borde de la muerte, comprendió que lo amaba.

Cuatro días y tres noches se mantuvo a su lado, cuidando su sueño, oyendo sus delirios, afanosa en vencer a la fiebre, y, cuando al fin el caballero dio signos de mejoría, la princesa buscó un lugar secreto para derramar lágrimas de alivio.

No tenía el valor para confesar sus sentimientos, temiendo no ser correspondida, por lo que calló y, tan pronto como su compañero pudo reanudar el viaje, partieron nuevamente en búsqueda de la magia.

Al fin dieron con una pista, pues un anciano que vivía casi en los confines del reino, tras ser interrogado, les aseguró que si estaban dispuestos al más grande sacrificio, y se presentaban ante la bruja poderosa que habitaba una cabaña en lo alto de un risco, desde donde se podía ver el fin del mundo, ella sería capaz de romper la maldición, alejar a las sombras, y sumir al reino en la alegría.

La princesa y el caballero no dudaron un instante en tomar el camino señalado, indiferentes ante los riesgos, decididos a cumplir su misión, y tras mucho caminar, y escalar, llegaron ante la cabaña, donde la bruja los recibió como quien espera a unos viejos amigos luego de un largo viaje.

No tuvieron necesidad de explicarle nada, ella sabía muy bien lo que deseaban, y se mostró dispuesta a conceder su pedido, siempre y cuando, tal y como les había advertido el anciano, estuvieran dispuestos a hacer el mayor sacrificio. Ambos aceptaron de inmediato, ofreciendo cada uno su vida, discutiendo entre ellos acerca de quién debía ser el sacrificado.

Sin embargo, la bruja les dijo que estaban equivocados, que no era su vida lo que deseaba, sino que uno de ellos debía ser maldecido para así liberar al reino, ya que una maldición no se rompe a menos que otra recaiga sobre un ser noble dispuesto a recibirla.

Tanto la princesa como el caballero se preguntaron en qué podría consistir esta nueva maldición, y una vez más se ofrecieron a inmolarse en nombre del reino, pero cuando la princesa, llevada por su amor, estaba ya decidida a imponer su autoridad con el fin de liberar a su amado de todo peligro, él le rogó, una vez más de rodillas y sosteniendo sus manos con fervor, que le permitiera tomar su lugar. Confesó que la insistencia en acompañarla nació del profundo amor que ella le inspiraba, y que si no permitía que se sacrificara en su lugar, su vida no tendría sentido, porque solo existía para protegerla.

La princesa no pudo creer que su amor fuera correspondido, o que fuera tan ciega como para no haberlo visto antes, por lo que lloró de amargura, pero no pudo oponerse a los deseos del caballero. Tras darle un beso, lo dejó marchar en dirección a la bruja, que observaba la escena con expresión inmutable.

Una vez que el caballero llegó ante ella, depositó una mano sobre su frente, y dijo unas palabras mágicas en una lengua olvidada. Momentos después, las nubes se despejaron, el sol brilló tras muchos años, y las aves empezaron a cantar.

La princesa se encontraba admirada por los cambios a su alrededor, pero no despegaba la vista de la extraordinaria escena que se desarrollaba ante sus ojos.

El caballero se dejó caer sobre la grama, a los pies de la bruja, y un velo de neblina salida de lo más hondo de la tierra lo cubrió. Instantes después, una vez que el panorama se aclaró, la princesa pudo ver que allí donde estaba el objeto de su afecto, se encontraba ahora un gran lobo de blanco pelaje y ojos alertas.

La bruja sonrió ante el cambio, pero los fuertes sollozos de la princesa, que se había acercado con paso presuroso a acariciar la cabeza del que alguna vez fuera el hombre al que amaba, la conmovieron, porque nunca había visto un amor más puro y sincero.

Aunque estaba imposibilitada para romper la maldición, le dijo a la princesa que permitiría ambos marcharan juntos de vuelta a su reino, porque si bien su deseo era que el lobo permaneciera a su lado, no se veía capaz de separar a los amantes.

La princesa le dio las gracias y, acompañada por el lobo, siempre vigilante, emprendió el largo camino de vuelta a casa. En cada pueblo que atravesaron, las personas lucían felices como no se había visto en años, y la luz del sol parecía cada vez más fuerte y brillante. A donde quiera que miraran, el mundo les recordaba el gran sacrificio realizado.

Cuando llegaron al castillo, los nobles recibieron a la princesa como una heroína, y aunque se extrañaron de verla llegar acompañada de aquel gran lobo blanco como la nieve, y se preguntaron por el motivo de la ausencia del caballero con el que partió, estaban demasiado felices para cuestionar nada. Asumieron con facilidad que el caballero había perdido la vida en el viaje, y que el lobo era una criatura a la que la princesa tomó cariño, por lo que la mantenía siempre a su lado.

Pocos repararon en el hecho de que mientras el reino festejaba en grandes banquetes la destrucción de la maldición y la vuelta de la felicidad, la princesa se mantenía alejada y en silencio, ajena a las risas.

Ella pasaba cada día sentada en algún rincón del palacio, embargada por la tristeza, con el lobo blanco a sus pies, siempre alerta, como lo fuera también durante su vida de caballero.



Porque mientras la luz del sol bañaba la tierra, la princesa se sentía sumida en la más profunda oscuridad, y comprendió que el fiel caballero no fue el único maldecido por la bruja de la cabaña.


© Claudia Cardozo