He pensado mucho acerca de qué escribir en esta, mi primera
entrada como miembro del Club de las escritoras de la pluma azul, y tras
darle muchas vueltas, se me ocurrió que lo mejor es compartir un poco de mí con
ustedes.
Pero… primero quiero darle las gracias a mis compañeras
plumillas por la hermosa bienvenida que prepararon para mí; el leer sus
palabras me conmovió mucho y me hizo pensar en lo afortunada que soy de haberme
encontrado con personas tan increíbles en esta aventura de la escritura. Como
todas tuvieron unas palabras encantadoras para mí, permítanme que retribuya ese
gesto tan bonito.
Ahora, entre nombres tan especiales para mí, me siento una
plumilla más y eso es genial. No sé qué nos depare el destino, pero lo enfrento
con más ánimo y emoción al saber que podré compartirlo con personas como
ustedes.
Mi historia es sencilla y quizá pueda profundizar en ella en
el futuro, según nos vayamos conociendo. Pero sí que quiero decir que soy una
persona que valora mucho lo más simple y hermoso de la vida y entre estas
maravillas se encuentra el arte de las letras, claro. Así como me he visto
atrapada por la lectura desde pequeña, por el placer que me provoca, así mismo
en determinado momento de mi vida me dije que podría intentar plasmar mis ideas
en el papel. Y desde entonces no hubo vuelta atrás.
Provengo del mundo del fanfiction, el primer género, por así
llamarle, en que me atreví a compartir mis historias, luego de superar la
timidez inicial de ofrecerle parte de mi alma al mundo. Porque eso hace quien
escribe, se desprende de parte de sí y lo comparte; con temores, ilusiones,
sueños y sobre todo, mucho corazón, el mismo que intento poner en cada uno de
mis actos.
Luego, un hecho muy particular de mi vida fue el disparador
que me llevó a tomar la decisión de autopublicar mi obra. No tenía mayores
expectativas, era una ignorante total de cómo hacer las cosas de la forma
debida; gracias al cielo, conté con una buena amiga que me ayudó a crear una
linda portada para mi primera historia, En busca de un hogar, y desde entonces
todo fue una montaña rusa de la que aún no me bajo ni quiero hacerlo. El ser
leída, el recibir hermosos comentarios, críticas generosas, jalones de oreja
cariñosos que tomo muy en cuenta, las bellas amistades que han pasado a formar
parte de mi vida; todo ello me lo ha dado la escritura y no puedo estar más
agradecida.
Espero, en un futuro cercano, o cuando me toque hacer una
nueva entrada, poder compartir algo más respecto a mí y mi forma de ver esta
aventura de las letras. Tengo por costumbre leer y asimilar acerca de lo que
piensan los grandes autores respecto a este tema y sería muy entretenido poder
comentarlo con quienes pasen por aquí y con mis adoradas compañeras plumillas,
claro.
Gracias Arman. Gracias Lury. Gracias Raquel. Gracias
Dama. Se les quiere, se les respeta, y sobre todo, se les admira.
Ahora, soy una pluma azul más.