A MIS PLUMILLAS



Como saben, estamos de aniversario, es una fecha muy importante para nosotras y todas queremos compartir lo que este tiempo ha significado en nuestras vidas.

Dos años ya. Se dice o escribe fácil, pero la verdad es que todo el tiempo que he pasado en este querido Club de escritoras de la pluma azul ha sido un sueño y espero poder seguir disfrutándolo por siempre. Al pensar en esta fecha, en mis queridas plumillas, miré para atrás y recordé tantas cosas que estoy asombrada de comprobar todo lo compartido con personas excepcionales y es un deleite pensar en cómo fue que llegaron a mi vida.



Retrocedo en el tiempo y pienso en primer lugar en la simpática Dama, una mujer encantadora con un corazón enorme a quien leía en su Guarida del libro y que siempre tiene palabras amables para todos, que escribe de maravilla y tiene una facilidad maravillosa y envidiable para llevarnos a otros mundos por medio de sus letras; la primera a quien relacioné con ese curioso título: “Plumilla”, que luego se haría tan familiar para mí.

Pienso en Lury, ese vendaval hecho mujer o mujer que es un vendaval, no estoy segura de cuál sería la expresión correcta, pero queda claro que es una maravilla de ser humano con unas energías que ya las quisiera yo, un sentido del humor extraordinario y unos gestos encantadores, como podrá confirmar quien tenga la fortuna de conocerla. Excelente escritora y as de la publicidad, sus Bistrips son tan legendarios como sus libros; otra plumilla a quien adorar y respetar desde el primer momento.

Y desde luego que pienso en Raquel Campos, ¿y qué decir de ella? Raquel, la maravillosa escritora que me ha llevado a viajar en el tiempo, a las llanuras de un pueblo mágico, y de allí a las arenas de Egipto; la lectora voraz y reseñadora experta que siempre tiene la mano abierta y el oído atento para todos y a quien considero, como a mis otras plumillas, una de mis amigas más queridas. Qué dicha poder compartir tantos sueños cumplidos con una persona que lucha tanto por ellos y que alienta a los demás para hacerlo también.

Y pienso en Arman, la del nombre más curioso, ese que sonó casi a magia para mí y continúa haciéndolo, y nunca más apropiado, porque eso es lo que escribe esta plumilla, magia pura, y es tan generosa que no se cansa de compartirla, así como sus ánimos y buenas maneras para con todos. Leerla es un placer, pero tratarla es un privilegio y yo lo tengo.

Y aquí es el punto en donde entro yo, porque cuando estas cuatro hermosas plumillas habían hecho realidad el sueño de este club, tuvieron la gentileza de acogerme con cariño y mucho mimo, y no podía creer en la fortuna de ser una más en el grupo. Entonces, pasada la emoción y ya asumida como una plumilla más, título honorable donde los haya, llegaron dos compañeras más, dos personas increíbles a quienes por entonces apenas conocía, pero a quienes ahora puedo decir que quiero y respeto de todo corazón.

Llegó Julianne, una dama argentina con un don de gentes increíble que cada vez que comparte sus historias nos deja impresionados por su talento y dulzura, tanto como lo hace al mostrarnos cada faceta de su persona; inventiva, imaginación a tope, corazón generoso y amiga leal.

Y llegó también Lorraine, esa escritora que en un inicio me inspiró un respeto tremendo por su profesionalidad y pasión por la escritura y que con el tiempo se ha convertido también en una amiga extraordinaria. Se puede decir mucho de Lorraine, alabar su talento, lo laboriosa que es y cómo le roba horas al día para hacer absolutamente todo y mantener el buen humor y la energía, pero resalto su bondad, que no tiene límites, y ese corazón enorme que no le cabe en el pecho.



Y luego de haber expresado esto, ¿qué puedo decir? Que soy afortunada a más no poder, que algo bueno he debido hacer para que el Universo me ponga a estas seis maravillosas mujeres en el camino y que solo espero poder continuar compartiendo sus alegrías y aplaudiendo cada uno de sus triunfos.

Creo que esta es la entrada más personal y cursi que he escrito en mi vida, pero no podía dejar de dedicarla a estas damas y creo que la ocasión lo merece. Gracias por ser, gracias por estar, y gracias por permitirme caminar a su lado, plumillas, que vengan muchos años más.


De aniversario!!!!!



Ya han pasado dos años... y parece que fue ayer... ¡cómo pasa el tiempo!

El club me ha aportado muchas cosas buenas, pero sin ningún lugar a dudas, lo mejor son las personas que he conocido y esta amistad que es capaz de viajar kilómetros, traspasar fronteras y cruzar un océano entero. Los sentimientos, son ligero equipaje, pero son capaces de llenar una vida entera de felicidad.
Gracias chicas, desde que os conocí he aprendido mucho, me he sentido arropada, apoyada y valorada, son cosas que jamás podré olvidar, y aunque nos separe la distancia y el tiempo, yo estaré aquí, siempre que me necesitéis, porque vosotras lo valéis. Sois grandes, pero no solo como escritoras, que también, pero me quedo con lo mejor y es lo que hay en vuestro corazón. La valía de las personas, se mide por la capacidad de entrega, de trabajo, de dar sin pedir... y vosotras sois las más valiosas personas que he tenido el placer de conocer.
No soy dada a grandes y fervientes muestras de cariño, me lo impide mi carácter retraído, pero espero que no olvidéis que os quiero mucho y que seguirá siendo así.

Este año ha sido increíble, nos hemos consolidado, en nuestra pasión, que es la escritura, pero sobre todo como amigas.
Y después de todo lo vivido, sin duda es lo que realmente merece la pena.
Estoy orgullosa de vosotras, de conoceros y de ser vuestra amiga, me alegro de vuestras victorias y lloro con vuestro dolor, ¿Sabéis lo importante que es esta unión? Más allá del mundo que nos rodea, que a veces es falso y cruel, saber que estáis ahí es más de lo que se pueda tener.

Lo cierto es que me he puesto un poco moñas, lo reconozco, pero a veces me sale la vena mimosa y no puedo sujetarla.

Para conmemorar esta etapa ganada, no se me ocurre nada más que hacer lo que mejor se me da, o lo que más me gusta hacer, y es escribir. Así que aquí va mi regalo de aniversario, espero que os guste.




EL AMOR DE ARES




La lluvia empapaba nuestros cuerpos, azotaba fría y despiadada y se colaba por entre las armaduras, mojando nuestra piel, pero todos permanecimos impasibles ante el espectáculo que se desarrollaba frente a nosotros.
Las gotas del llanto del cielo, nos impedía la visión, las nubes, negras y gruesas, no dejaban pasar la luz del sol.
Hoy era nuestro último día en la tierra, mis compañeros y yo, bien lo sabíamos, después de esta cruel batalla, que estaba por comenzar, no quedaría ninguno con vida, pues nos superaban con ganas en número. Pero no temíamos, no, nuestro valor ya estaba más que demostrado, y hoy, se terminaría todo. Una vida llena de sacrificios, de guerras, de dolor, un fin digno para cualquiera de nosotros.
Miré por encima de mi hombro a cada uno de mis compañeros. Durante años, nos habíamos protegido unos a otros, nuestras vidas no valían nada sin no estaban nuestros compañeros. Ellos miraban al frente, intentando discernir la cantidad de enemigos dispuestos para la lucha.
Sonreí. No había miedo en sus miradas, solo pura curiosidad y mi orgullo creció todavía más.
Era la hora.
Me giré, dando la espalda al enemigo, y mirando de frente a mi ejército de valerosos guerreros.
Sus miradas se clavaron en mí, esperaban que yo los animara como lo hiciera tantas veces antes, pero todos sabíamos que esta vez sería distinta.
-Hoy, mis queridos amigos, mis compañeros, mis hermanos, lucharemos la última de las batallas. Hoy la lucha será distinta. No lucháis por mí, ni por la patria, ni por el rey, hoy la lucha será por vosotros, restauraremos nuestro honor mancillado con mentiras e injurias, hoy, queridos hermanos, lucharemos hasta desfallecer, rubricando así una batalla que perdurará en las memorias. Vuestros hijos os nombrarán con orgullo, vuestras esposas os llorarán con dolor y nuestra patria nos tratará como los honores que merecen los mejores, pero eso es lo que somos, los mejores guerreros que Grecia conoció, y con nuestra sangre y valor, quedará demostrado –alcé aún más la voz-. Hoy mis queridos hermanos, hasta los que más nos odian, nos mirarán con temor, porque no hay valor como el nuestro, ni fuerza superior,¡¡¡¡¡ hoy… nuestra sangre manchará la tierra y nuestro sacrificio será la prueba de nuestra lealtad y nuestro honor!!!!!
Alcé mi espada al aire y el sonido de los vítores inundó el espacio.
-Valor compañeros, el más allá tiene las puertas abiertas para nosotros y el paraíso nos espera. Solo os pido una última cosa, si este es nuestro fin, acabaremos con todas las almas que podamos a nuestro paso, ¡¡¡¡arrasando!!!!. –Grité.
Ellos gritaron a su vez. Desenfundaron sus espadas y se posicionaron a mi lado. Mi corazón golpeaba con fuerza dentro de mi pecho. Era un ritual, antes de cada batalla amenazaba con salirse de su lugar. Miré mis manos, en otro tiempo, femeninas y delicadas, ahora duras y llenas de callos, como la de cualquier hombre, atrás quedaron los vestidos, las joyas y los peinados, iba a morir,  pero lo haría luchando, no de rodillas.
Nuestros enemigos gritaron y comenzaron a avanzar. Me quité el casco y mi largo pelo rubio, lo único de mi vida anterior a lo que no pude renunciar, cayó húmedo en mi espalda.
-Mi señora, así sois más visible, os ruego que os cubráis.
Miré a mi fiel amigo.
-No Hiriades, hoy quiero ser yo, deseo que sepan quién les quita la vida.
-Pero mi señora… eso los atraerá hasta vos.
Sonreí con malicia.
-Eso es amigo, más para mí.
Mis compañeros soltaron una carcajada y desenfundaron a la vez que yo ordenaba avanzar a paso rápido hasta nuestros enemigos y comenzar la batalla.
No podía oír nada, las pisadas, los gritos ensordecedores y el ruido del agua, limitaban mis sentidos, pero ya no importaba, mi mente estaba ocupada en una sola cosa, luchar, luchar hasta morir y conceder a mis hombres el honor que tan vilmente les había sido arrebatado.
De pronto el cielo se abrió, literalmente, y los rayos de sol inundaron la pradera, un ser, todopoderoso e inmortal cayó hasta la tierra, como un trueno.
Tanto los enemigos como nosotros, nos detuvimos en el acto, contemplando anonadados la belleza colosal del Dios, mi Dios.
Ares miraba a su alrededor, con el ceño fruncido. Sus ojos azules como la noche barrieron de una pasada todo lo que le rodeaba y se disgustó aún más. El enemigo, primero fascinado, no daba crédito a lo que sus ojos veían, al segundo, uno tras otro, fueron hincando la rodilla ante su señor.
Sus ojos se clavaron en mí. Y mi corazón aleteó contento.
-¿Qué hacéis aquí? –Le pregunté.
Él, con paso lento y parsimonioso se acercó. Su mano acarició mi cara y yo lo agarré por la muñeca, justo por donde terminaba el ancho brazalete de oro, que la decoraba.
-No estoy preparado para perderte, todavía no.
-Pero prometiste no participar en la batalla.
-Y no lo haré.
-Ares…
-Te di mi palabra, no participaré, pero eso no quiere decir que deba quedarme fuera de juego, ¿no?
Sabía de la retorcida mente de los dioses, lo conocía de primera mano. Ares era el dios guerrero, destinado a luchar, su furia y sed de sangre no conocían límites, era despiadado y cruel, pero en su corazón, solo había un pequeño hueco para el amor, y ese lugar lo ocupaba yo, una simple mortal.
-No entiendo qué haces…
-No temas, Heilaya, descubrí al traidor y le di las pruebas a tu rey, él ya debe haberlo averiguado todo.
Di un paso hacia atrás, rompiendo así todo contacto.
-¿Qué has hecho, Ares? –le grité ceñuda.
Mi dios solo sonrió, con picardía.
-Nada, lo juro Heilaya, no hay trucos, ni magia, el traidor es el que es, sin adornos ni trampas.
-¿Quién traicionó a mis hombres?
-Adelphos.
Escuché la exclamación de los guerreros a mi espalda.
Ares alzó el rostro y miró a su alrededor, conforme asintió. Había visto algo, que nosotros todavía no.
Volvió su fría mirada hacia mí.
-Te juré que no participaría en la batalla a tu favor, a pesar de mi disgusto, accedí a tus deseos, pero he decidido ganar tiempo.
-Tiempo, ¿para qué?
-Para que se haga lo que se debe hacer.
Y así eran los dioses, caprichosos en extremo y enigmáticos hasta la exasperación. Fruncí el ceño, pero al momento, escuché un ruido proveniente de lo alto de la colina. Caballos.
Lo miré incrédula, ¿qué había hecho esta vez? Y él me sonrió con dulzura, como solo me sonreía a mí.
La bandera del rey Corban ondeaba alta, a la cabeza del ejército que bajaba hasta nosotros a toda velocidad. Se detuvieron a pocos metros, y los soldados cerraron filas alrededor de su rey, que altanero, me miraba con odio desde su montura. No se doblegaría ante mí, a pesar de que en el pasado fuimos grandes amigos y aliados, pero vio al dios y no le quedó otra alternativa que rendirle la debida pleitesía. Desmontó y se arrodilló, todos los demás lo imitaron.
Ares se acercó hasta el ejército enemigo y le dijo algo a un soldado, que corrió raudo a cumplir su orden, al poco rato, se acercaba en caballo, el rey del otro bando.
Cuando estuvieron juntos, Ares comentó a mi antiguo amigo.
-Hoy te daré el mayor de los regalos, el de la verdad, se prudente y actúa en consecuencia.-Miró al otro monarca y le dijo- He aquí tu traidor, aquél que con trampas y alevosía, corrompió vuestro corazón.
Los soldados crearon un pasillo y en el fondo, Adelphos caminaba atado. Sus ojos bailaban de un lugar a otro, aterrado. Por un instante sentí lástima, hasta que me vio.
-¡Ayúdame Heilaya! ¡Tú eres la única que puedes ayudarme! Ten piedad de mí, hermana.
-¿Piedad? ¿Me suplicas piedad cuando tú no tuviste ninguna al enredarme a mí y a mis hombres en tus mentiras y conspiraciones? ¿Acaso tuviste piedad de esto hombres leales a los que hundiste arrebatándoles lo único que por derecho les pertenece? Tú mismo has cavado tu propia tumba, ahora sé un hombre y acepta las consecuencias de tus actos.
Adelphos tiró de sus apresadores hasta quedar de rodillas frente a mí.
-Yo solo cumplía órdenes, ¿no lo entiendes? ¿Acaso no habrías hecho tú lo mismo?
Los soldados tiraron de él, arrastrándolo y yo le indiqué con un gesto que se detuvieran. Alcé mis ojos hasta Ares y después al rey, que de pie, me miraba pálido.
-¿Órdenes? ¿De quién? –Pregunté si apartar la mirada del rey.
-¡Pues de Corban, nuestro rey! ¿Acaso no lo habrías obedecido tú?
-No… no lo habría obedecido, hermano, aunque eso supusiera mi propia muerte –Contesté, con la voz fría como el hielo.
-¿Le vas a creer? –me gritó Corban- No es más que un sentenciado, no tiene nada que perder.
-Y por eso mismo le creo… -declaré.
El rey palideció aún más y me miró con el fuego del odio brillando en sus ojos. Sabía que Ares no le permitiría moverse, pero estaba segura de que sin la presencia del dios, Corban hubiese intentado matarme. Mala suerte, aunque no estaba segura de si para él o para mí, pues mis deseo de atravesarle con mi espada no desmerecían los suyos.
Miró al dios como una última salida. Ares solo tenía ojos para mí. Más de una vez me había comentado que cuando la furia me invadía, las llamas da mis ojos le atraían de una manera irresistible.
-Ares, entregad al traidor y acabemos con esto –Susurró.
Por fin el dios le prestó atención.
-Y eso he de hacer.
Se acercó hasta él y sin el más mínimo esfuerzo lo cogió por el cuello, y lo llevó junto al enemigo. Lo soltó, Corban al caer produjo un sonido sordo, seguido por un resuello de dolor.
En el campo no se oía ningún ruido más.
Se puso en pie con lentitud y se giró hacia mí.
-No lo permitirás, ¿verdad Heilaya? No consentirás que entregue a tu rey a estos bárbaros, sabes bien que harán conmigo.
No lo quise pensar, Corban había sido mi amigo desde mis más tierna infancia, habíamos crecido juntos, éramos primos, pero al heredar el trono, el poder y la gloria habían oscurecido su corazón y lo convirtieron en un ser despiadado y cruel.
-Bien lo sé, Corban, y tú también porque es lo que harías tú. Ares, ¿Corban es culpable?
-Lo es, oteé su pasado, lo vi con mis propios ojos.
-Pues entonces, ya no eres mi rey, no haré nada por ti.
-¡Heilaya! –me gritó- No puedes dejarme así, sin más. ¿Y tu juramento de lealtad?
-Quedó anulado en el mismo instante en el que me vendiste, Corban, traicionando mi fidelidad, y hundiendo mi vida y la de mis hombres en el más oscuro agujero, en el que solo están los traidores, los sin honor.
Me giré dando la espalda a lo que quedaba de mi familia sanguínea.
Los enemigos cogieron a sus presas, que no dejaban de gritar y patalear. No pude soportarlo.
-¡Tened al menos el honor en la muerte que os faltó en la vida! No nos avergoncéis más….-Les grité.
Las tropas enemigas se dispersaron, mientras que mis hombres junto con los de Corban, permanecimos allí, sin saber muy bien que hacer durante unos minutos. Miré a Ares a los ojos. El brillo malicioso de su mirada me indicaba de que estaba satisfecho con el resultado. Yo no podía decir lo mismo. La traición que me golpeó por la espalda venía de mi propia familia, y a pesar de todo, me dolía.
-Ahora el trono es tuyo, Heilaya, eres la única heredera con vida.-Me soltó el dios.
-No lo quiero, bien lo sabes.
Ares negó con la cabeza, divertido.
-Eso poco importa, es tu deber. Y sabes, tan bien como yo, que jamás dejarás de cumplir con tu deber.
Suspiré frustrada.
-Al parecer la vida no me sonríe.
La carcajada de Ares resonó en el campo de batalla. Se acercó hasta mí divertido.
-Cualquiera diría, mujer, que ser reina de una gran extensión de tierra, ocupada por buenas gentes, es una carga odiosa.
-Para mí lo es. Yo no soy de corte, ni de diplomacia ni política, soy guerrera, Ares, lo mío es la guerra.
-Pues bien, mi amor, tu ejército supera con mucho al más grande, podrás jugar a la guerra siempre que te apetezca.
Y me besó, con pasión, con la fuerza desmedida de la pasión retenida. Me encendí como una llama. Lo amaba, y él a mí. Sin embargo nuestro destino no podía ser más aciago. Él lo sabía y yo también.
Se separó despacio y clavó su mirada en mis ojos.
-Sabes que hoy me has salvado, pero mi muerte vendrá, tal vez mañana, o dentro de un mes o un año, ¿para qué prolongar lo inevitable?
-Porque un segundo contigo, bien lo vale, Heilaya. Daré cualquier cosa por prolongar tu efímera vida y disfrutaré de cada instante. Eso es lo que me mantendrá en pie cuando tú faltes.
Me acarició con las yemas de los dedos y desapareció.
No tardaría en volverlo a ver. Nunca se demoraba demasiado y eso hizo que mi corazón palpitara emocionado. Pues que así fuera, él lo había decidido, si es lo que quería le colmaría la mente de recuerdos hasta el fin de los días, y tan buenos que  jamás nadie los superaría.


©Arman Lourenço Trindade



Para inspirarme he estado escuchando:



Espero que os haya gustado ;)

Me despido con un deseo, que este sea el segundo de muchos más, que la armonía, la amistad sincera, el apoyo, y el compañerismo vayan en aumento día a día.

Sois las mejores chicas, y os quiero mucho.




SORTEO INTERNACIONAL 2º ANIVERSARIO DE LAS PLUMAS AZULES

Nuestros muy queridos lectores Plumíferos, hoy os traemos un estupendo sorteo.
Queremos celebrar con vosotros el segundo aniversario del Club de las escritoras de la Pluma azul. 


Este Club nació en noviembre del 2012, a pesar de que el Blog nació en Abril del 2013.

Empezamos siendo cuatro plumillas y ahora ya somos siete, siete escritoras, siete amigas y compañeras. Nos apoyamos y ayudamos en todo lo que podemos, eso es lo que significa pertenecer a este club.


Queremos compartir la dicha que nos embarga desde que nos conocimos con todos vosotros y aprovechar para agradeceros a todos aquellos que nos habéis acompañado durante estos dos años.

El sorteo es internacional y sorteamos siete de nuestros libros en formato digital.

Habrá dos ganadores.

PRIMER PREMIO


-Coraje Oculto de Arman Lourenço Trindade
-Enlazando el Destino de Claudia Cardozo
-Crónicas de la Nueva Hispania 1º Sentencia de Amor de Dama N. Prayton
-El Legendario Jucio de Julianne May

SEGUNDO PREMIO


-Sueños de Arena de Raquel Campos
-La Portadora de Lorraine Cocó
-Un Marido para Margaret de Lury Margud


BASES obligatorias DEL SORTEO

* Tenéis que haceros seguidoros de este Blog.

*Os tenéis que llevar el Banner promocional del Sorteo a vuestro Blog (Lo tenéis abajo)

* También tenéis que promocionar el Sorteo en alguna red social (Ya sea Twiter o Facebook recordad poner la privacidad publica para poder consultar la entrada) con el Hashtag  #ElClubdelaPlumaAzul
Si no tenéis Blog el banner promocional lo podéis publicitar en alguna de estas redes sociales.

* Para participarDejad un comentario diciendo que participáis, ponednos vuestro perfil de Blogger, el enlace del Blog donde os hayáis llevado el banner y el enlace a la red social donde lo hayáis publicitado.

BANNER DEL SORTEO 


Os pedimos que todo esté claro para no volvernos locas buscando las entradas y todo lo demás.

*Se requiere un mínimo de 20 participantes, sino se cumple el cupo anularíamos indefinidamente el sorteo.

*El sorteo empieza hoy día 12 de Enero y termina el Sábado día 31 de Enero a las 23:59h hora de España. 
El lunes día 2 de febrero conoceremos a los dos afortunados ganadores.
Si ha alguno de los ganadores le tocase un libro que ya tiene nos lo puede comunicar para volver a sortearlo.