Hola a todas, hoy me toca estrenar el blog. No sabía que escribir en mi primera entrada en este estupendo blog y he pensado contaros un poco como fueron mis comienzos en la escritura. Así que voy a ello y espero no aburriros mucho. Rudyard Kipling, escritor de "El libro de la selva" dijo una vez sobre la palabra escrita: "Las palabras constituyen la droga más potente que haya inventado la humanidad". Creo en ese dicho y me parece que es el invento más revolucionario que ha hecho el hombre
Cuando empecé a escribir era una pardilla en el tema. No conocía a nadie y no sabía nada de nada. Solo sentía el impulso de escribir para dar vida a lo que tenía siempre en la cabeza.
Mis primeros escritos están llenos de gazapos, faltas en los diálogos e incluso no tienen capítulos. Nada sabía de fraccionar la historia en diversas partes y no me imaginaba creando capítulos. Así que escribía todo seguido (ahora me río cuando los veo…jajaja). Un tropel de ideas y unos personajes que vivían en mi cabeza, dieron paso a esas historias que hoy guardo con mucho cariño por ser las primeras y las que me acercaron a esta gran aventura.
Poco a poco fui aprendiendo las partes de una novela, que hay que hacer un guion para más o menos llevar un control, etc.
Aprendí a escribir los diálogos de forma correcta e incluso a poner el dichoso guion largo que no sabía de dónde demonios se sacaba. Eso me acuerdo que me sacaba de mis casillas.
Ahora, después de casi tres años de aventura con las letras, puedo decir que aunque no sea una experta en el tema, considero que he aprendido mucho sobre algunas cosas. Creo que este arte está siempre en continuo proceso de aprendizaje y que nunca puedes dejar de instruirte.
Creo que para mí ha sido una necesidad básica que creció con los primeros libros que leí. Todavía me acuerdo de esas historias infantiles que escribía para mí misma, pues nadie las veía y que atesoro todavía en mi mente.
Para mí es un sueño poder escribir lo que mi mente piensa a cada segundo. ¿No os sucede también? Arturo Pérez Reverte, uno de mi escritores preferidos, dijo sobre los libros: "La vida es muy traicionera, y cada uno se las ingenia como puede para mantener a raya el horror, la tristeza y la soledad. Yo lo hago con mis libros."
Ahora es cuando os cuento mi obsesión con el número de palabras. Esto viene de un tiempo acá, mientras leía algunos libros, me di cuenta que no sabía cuántas palabras tenían mis historias. Así que sin dudarlo me puse a mirarlo y a anotarlo en un papel.
Cuál fue mi sorpresa al darme cuenta de que ninguna de mis historias superaba las 50.000 palabras. Me hundí un poco y me pregunté si es que no podía pasar de esa barrera. Ya que había mirado que una novela larga tenía más o menos 100.000 palabras. Entonces empezó mi obsesión. Y ahora cuando escribo no digo las páginas que llevo escritas, sino las palabras que tengo.
No sé si os ha pasado o es alguna tontería de las mías, pero es algo que no consigo olvidar y que me tiene muy obsesionada.
En la siguiente entrada os contaré cosas sobre el proceso de documentación y os dejaré enlaces de algunas webs muy interesantes. Espero no haber sido muy pesada con mis neuras.
Un beso a todas y feliz fin de semana.
¿Tenéis vosotras alguna obsesión o manía que este vinculada a las palabras?
Lo cierto mi querida Raquel, es que yo nunca he contado las palabras que escribo y no tenía ni idea de que la novela larga tiene que tener 100.000 palabras, me has dejado fascinada!! Ahora, cuando escriba tendré otra cosa más en lo que fijarme. En cuanto a manías u obsesiones vinculadas a las palabras, yo creo que no tengo ninguna, al menos que yo sepa, ya sabes que a veces hacemos las cosas sin saber si lo hacemos bien o mal, simplemente las hacemos porque es nuestra forma de hablar o escribir, pero creo que me fijaré un poco más a partir de ahora. Muy buena entrada guapetona.
ResponderEliminarBesazos!!!
Como siempre genial, mi querida Raquel... pero yo no quiero contar palabras, o letras, que es mucha trabajera y sabes que soy floja.
ResponderEliminarMe encanta tu entrada querida plumilla, es cierto lo de tu obsesión puedo dar fe de ello, ya que antes de ayer calculadora en mano estuvimos haciendo una evaluación de cuantas palabras podía tener yo en una página, al final me salieron 236, y que sepas que me estas contagiando un poco tu manía, aunque no estoy de acuerdo con eso que leíste o te dijeron, porque una novela bien puede se de unas 150 página, aproximadamente 35.400 palabras y se una historia estupenda. Así que no hay que obsesionarse tanto con este asunto, aunque manías hay muchas, porque yo estoy obsesionada con las páginas...Jejejejejejeje!!!
ResponderEliminarBueno preciosa, no me enrollo más, me ha gustado saber más acerca de tus inicios, me ha encantado la entrada y las imágenes que la acompañan.
Besitos Azules... Muakissss!!!!
Hola!!
ResponderEliminarYo he leído por ahí que una novela debe tener alrededor de 50000 o 60000 palabras para ser considerada como tal, aunque la nueva concepción es que cualquier historia que tenga una estructura "novelesca" con planteamiento-nudo-desenlace, por corta que sea, podría ser considerada como tal... De hecho, en internet he visto "novelas" de menos de 50 páginas.
Yo te entiendo, porque todas mis primeras historias rondan menos de 40000, así que son más bien breves, aunque las nuevas en las que estoy trabajando son bastante más largas jajaja.
De todas formas, te diré una cosa, igual soy rara eh, pero no crees que cuando una historia tiene lo que tiene que tener da lo mismo si es breve o larga?? por qué obligarte a escribir más si no lo pide?? no sería superfluo e innecesario todo el resto??
Aunque también es cierto que cuando evolucionamos tendemos a hacer más complejas nuestras historias...
En fin, que vaya chapa te estoy dando jajaja.
Buena entrada!!
Un saludo!! Nos leemos!!
Hola!
ResponderEliminarMe gustó mucho tu entrada, Raquel! No sabía de tu obsesión con las palabras jajaja Te cuento que yo también las cuento. Cada vez que termino un capítulo me fijo cuántas tengo, porque se me ha metido en la cabeza superar las 100000. Así que no eres tú sola!!
Y, como dicen las chicas, no importa el número si es una novela bien escrita. Hay tantas buenas novelas cortas! Por supuesto, una siempre se queda con ganas de más y, cuando te gusta algo, no quieres que se termine.
Por mi parte (y no sé si esto sea una obsesión), me fijo mucho en la ortografía y no me permito cometer ningún error. Aunque siempre alguno se escapa. Es inevitable.
Me ha encantado saber de tus inicios como escritora!!
Un beso grande y ¡Nos leemos!
Saludos a todas!!!!
¡Qué maravillosa entrada, Raquel!
ResponderEliminarMe ha encantado saber un poquito más de cómo ves la escritura y concuerdo en que tenemos algunas cosas en común. Te cuento que no he tenido una formación literaria propiamente dicha, así que he ido un poco a ciegas en el camino, pero creo que es genial aprender según se avanza, y se acumula experiencia. También tuve serios problemas para aprender a usar el guión de diálogo, que ahora me río, pero entonces me volvía loca.
También me pasa eso de estar muy al pendiente de las palabras, pero en mi caso mi mayor problema es que mis historias a veces son muy largas y lo que quiero es que no lo sean tanto, a menos que sea necesario, estoy trabajando en eso.
Un gustazo leerte, amiga mía.
Besos.
Antes de nada, gracias por compartir con nosotros todas esas cositas, del pasado y del presenta. Es un placer leerte… Felicidades por esta primera entrada, me ha encantado…
ResponderEliminarCon respecto a tus “manías”… yo no cuento palabras, sino hojas…. Si si, hojas, y cuanto suelto el boli, cuento todas las hojas escritas en esas horas, ya que soy de la vieja escuela, aun sigo con mi boli y mis cuadernos para después pasarlo al pc…Sera otra manía? Pero bueno, cada persona tiene sus excentricidades, manías o rutinas, pero que, precisamente esas pequeñas cosas hacen que cada uno de nosotros seamos especiales.
Un besazo.
Muy bonita tu entrada, Raquel, bonita y humilde, todos tenemos que seguir aprendiendo ;)
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Hola Raquel! Muy interesante tu historia y como nos has contado tus principios. Me ha pasado muchas cosas similares. En cuanto la obsesión de las palabras nunca me pasó. Muy bueno el post y primer entrada. El blog bellísimo. Un besote enorme.
ResponderEliminarGracias a todas, me alegra mucho que os haya gustado. Os doy la razón en que a veces el número de palabras o páginas no importa, solo es importante si la historia es bonita y está bien narrada.
ResponderEliminarPero no deja de obsesionarme algo.
PD: Por cierto mi proyecto tiene casi 50.000 palabras, estoy llegando al momento crítico!!!
Besos a todas!!
Pues a mi ya me empiezas a contagiar tu palabrismo numérico, que lo sepas... Jejejeje!!!
EliminarManías, manías... a cientos. Las mías no son de contar palabras. Por mí, cuántas más tenga una novela mejor. Si son cortas me las trago en un santiamén. Mi obsesión viene de la palabra en sí misma. Evitar las repeticiones y/o las rimas internas de una frase. Esto sí que me tare loca. Muy buena entrada.
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