Comienzo divagación:
Con ilusión, la misma
que sintiera para mí misma, veo como mis compañeras se enfrascan en la dura
aventura de la autopublicación.
No hay nada para un
escritor, como ver su obra publicada. Poder coger tu libro, que antes era una
simple ilusión, transformado en algo real, palpable. Cogerlo, olerlo, abrirlo,
mirarlo, elegir ese sitio privilegiado en la biblioteca donde colocarlo para
que quede perfecto… son unas sensaciones realmente maravillosas, nada
comparable, nada imaginable.
Por eso Grandes
secretos desvelados es una historia simple, sin grandes enrevesados, empleé mi
tiempo en plasmar más los sentimientos que en inventarme una súper historia,
con muchos personajes y altibajos increíbles e inesperados. También escribí
desde la inexperiencia, me sentaba frente al ordenador y contaba todo lo que
pasaba por mi mente. Fue mi vía de escape y hoy la veo en el escaparate de una
librería y es tanta la emoción que me olvidé por completo de lo que me hizo
escribirla.
Después llega el arduo
trabajo, yo cuando la publiqué, suspiré, me liberé. Sentí que mi trabajo ya
había terminado, mi ilusión se había realizado. Nada más lejos de la realidad.
Una vez publicada es cuando realmente comienza el trabajo.
Tienes que vender tu
obra, hacer que esté al alcance de mucha gente, darla a conocer, promocionarla,
pero eso sí, intentando no agobiar, no saturar.
Y después las
reacciones de los/as lectores/as.
Debido a mi forma de
ser, acepto bien las críticas, tal vez porque no tengo la suficiente autoestima
como para creer que mi historia es buena, pero cuando un/a lector/a te llama o
te escribe, o simplemente te ve por la calle y te para, para decirte que la
historia le ha encantado, que les he hecho llorar, que se han visto
identificados con los personajes, sus sentimientos, sus reacciones… eso, eso
amigos/as, no tiene precio. Es tanta la satisfacción, es tanta la alegría que
por unos segundos me olvido de mi timidez y mi baja autoestima y disfruto,
disfruto como una niña que por fin ha conseguido realizar su sueño, disfruto de
sentirme realizada y orgullosa del trabajo bien hecho. Siento que por fin todo
el esfuerzo, todo el trabajo merece la pena. Con que mi historia le guste a una
persona ya me doy por satisfecha ;)
Una de las opiniones
que más me han gustado fue la de un hombre, tal vez porque yo supuse que mi
historia está escrita más para el sexo femenino, pero cuando ese hombre me dijo
que se había emocionado, que se había partido de risa, que había disfrutado de
la lectura y me dijo que publicara ya el segundo libro que estaba deseando
comprarlo, me sentí volar. Para todas las que dudéis, ese hombre no es de mi
familia, ni siquiera es conocido mío, sino de mi marido.
Hoy me enfrasco en la
aventura de una nueva historia, pero desde otro punto de vista. Intento que sea
original, que enganche, que guste, me exijo más y trabajo muchísimo más. Me voy
a la cama dando vueltas a la historia, buscando giros inesperados, personajes
buenos y malos, invento vidas, situaciones, diálogos. Mi mente está en continuo
trabajo así que duermo muy poco o casi nada.
Para una persona que
vive sola no es ningún problema, pero para mí lo es, es un GRAN problema. Aunque
estoy sentada en el sofá viendo la tele y aparentemente escucho y presto
atención, no es cierto. Veo, hablo, contesto, pero no soy yo, yo estoy
pensando, dando vueltas e imaginando cosas. Luego vienen los malentendidos.
Hija -Mamá, te dije que
necesitaba un cuaderno.
Yo -Lo siento hija, se
me olvidó.
Hija -Mamá, te dije que
necesitaba ese pantalón.
Yo -Lo siento hija, no
me di cuenta.
Hija -Mamá, ¿no te
acuerdas que te di el papel para que lo firmaras?
Yo -Ups… se me olvidó…
Marido -Pero si te
avisé de que este finde habíamos quedado.
Yo -¿En serio? Pues no
me acuerdo.
Yo -¿Alguien sabe dónde
están mis gafas? ¿Y mi móvil? ¿Y mis llaves?...
Y así puedo estar días
enteros. Y mi despiste puede durar meses enteros, por lo que los míos se arman
de paciencia y simplemente procuran ayudarme no dándome muchas cosas en las que
pensar a la vez, porque seguramente las olvide.
Y luego está la parte en
la que las musas deciden aparecer cuando menos te lo esperas. Ellas,
caprichosas como son, llaman a mi puerta cuando estoy a punto de quedarme
dormida, por lo que me espabilo y apunto todo lo que ellas tengan a bien
concederme, aprovechando al máximo, aunque eso suponga dormir apenas tres
horas. O en esos "maravillosos" momentos, cuando se celebra una reunión familiar
y yo me veo inmersa en nuevas escenas y me distraigo, dejo de prestar atención
a los familiares y sus conversaciones y me concentro en recordar y apuntar todo
lo que pasa por mi mente. Alzo la vista y todos están mirándome como si fuera
un bicho raro, tal vez lo sea… Y que decir tiene cuando deciden aparecer
mientras estoy conduciendo, estos momentos me llenan de rabia, porque no puedo
apuntar las cosas y tengo que memorizarlas y las repito una y otra vez para que
no se me olviden, y en cuanto tengo un momento salgo pitando a escribirlas…
¡Qué dura es la vida
del escritor!
Pero no cambiaría absolutamente
nada de nada, porque esto es lo que soy, soy escritora, narradora de historias,
soy pura imaginación, vivo en lugares increíbles, conozco a gente maravillosa,
me enamoro como la primera vez, miles de veces, y doy el primer beso otras
tantas. Puedo volar, pelear, manejar espadas, pilotar aviones, montar a caballo
sin silla de montar, ponerme de pie sobre el animal y galopar tan rápido como
el viento. Puedo hacer esto y muchas cosas más, porque estoy hecha de palabras,
vivo de sueños una y mil vidas.
Preciosa reflexión, sin duda muchas de las que nos dedicamos a esta profesión hemos pasado y pasamos en distintas épocas de nuestra vida por esas dudas, momentos emotivos y de ansiedad.
ResponderEliminarUn beso
Jejejejeje Hola Arman, me he sentido tan identificada con lo que cuentas, que podría pensar que somos iguales.
ResponderEliminarMenos mal que entre escrituras esto no es tan "raro" y nos entendemos, si no, que sería de nosotras (y nosotros jejejeje)
besos
Valerie Miller
Que decirte guapisima, yo no he publicado nada, pero cuando escribo megusta hacerlo a mis anchas..
ResponderEliminarVera tu hijo publicado, por que considero que cada obra que escriben es eso un hijo,por que los sufres como todo, debe ser maravilloso.
Ahhh las musas¡¡, si los mejores momentos de inspiración siempre son de la noche, horas en las que el buen Morfeo nos permite soñar despiertas mientras sus pequeñas nos regalan pequeños bocetos que sepuden ir arreglando.
Hermosa tu entrada Armand..un besote
Me encanta tu reflexión Arman. Estoy de acuerdo contigo con que el trabajo viene después cuando tienes que promocionar tu novela e intentar llegar a los lectores.
ResponderEliminarEse camino me parece difícil y más ahora cuando estoy a las puertas de vivir mi propia experiencia!!!
Besos plumilla!!!
Me super encanta tu entrada, me he sentido totalmente identificada. Has sabido transmitir con palabras lo que estoy sintiendo en estos momentos; y lo duro que es el tener personas que depende de ti, y tener tu mente en otro lugar.
ResponderEliminarEstoy de cuerpo presente pero con el pensamiento ausente.
En cuanto a lo de colocar el libro en un sitio privilegiado, mira tú por donde que no se me había ocurrido, creo que lo podré entre la trilogía de Memorias de idhún de Laura Gallego y las trilogía Rubí de Kerstin Gier... Jejejejejeje!!! O yo que sé...
Me ha gustado mucho tu divagación, y me ha llegado muy adentro.
Eres fantástica y se nota en tu forma de expresarte... Y en cuanto a lo del siguiente libro, estoy con ese compañero de tu marido, ya quiero leer un segundo libro tuyo pronto, me encanta tu forma de escribir, ya sabes Soy tu Fan nº 1.
Un besazo plumifero!!!
Eres escritora Arman, y de las muy buenas. Tu "Secretos desvelados" es fantástica y la disfruté un montón.
ResponderEliminarMe siento muy identificada contigo, en todos los despistes, olvidos y encuentro con las musas en los sitios menos indicados.
Sigue escribiendo, que lo haces de maravilla.
PD: Te perdono por no publicar la de Kaesios hoy. Aunque la estaba esperando.
ResponderEliminarQué bonita entrada, Arman, me ha encantado y me he sentido muy identificada con tus palabras. A veces me cuesta concentrarme del todo en el trabajo, pero cierro los ojos un momentito y vuelvo a tierra, aunque luego se me va otra vez la mente a las nubes, es una sensación muy bonita. Y el verte publicada, compartir las cosas que salen de tu mente, esos personajes a los que amas, las historias, todo es maravilloso, y aunque supone muchísimo trabajo, vale la pena. Ahora veo a tantas buenas amigas que se lanzan a la aventura y el acompañarlas es también un privilegio.
ResponderEliminarBesos.
Di que sí, Arman, eres escritora :)
ResponderEliminarEscribir para que otros disfruten lo mismo que lo has hecho tú escribiendo tu historia es fabuloso :)
Muchos besos,
Una entrada muy emotiva. Felicitaciones.
ResponderEliminarUna entrada auténtica. Emotiva y escrita desde el interior. Me ha encantado. Sigue escribiendo, no pierdas la ilusión por hacerlo.
ResponderEliminarUn abrazo
Arman llego tarde porque sabes que ando medio liada del todo, pero la entrada es simplemente genial. Todos somos un poco así, andamos medio soñando como autistas, lo has explicado mejor que nadie. Solamente puedo decir que estoy feliz de compartir todas esas cosas, contigo.
ResponderEliminarA mi también me ha encantado. Me he sentido muy identificada, y ya te estoy empezando a seguir en el blog, porque creo que en Facebook ya te tengo entre mis contactos. Un abrazo.
ResponderEliminarLo acabo de compartir en Facebook, porque cuánto más lo leo, más me gusta.
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